La autodeterminación ha sido analizada desde diferentes
perspectivas teóricas y prácticas: la educación especial, las teorías del aprendizaje autodeterminado, la psicología positiva, etc.
Todos estos puntos de vista nos ayudan a reflexionar sobre nuevas maneras de apoyar
a las personas con discapacidad intelectual para tener una vida más plena.
La Teoría de la motivación humana explica la autodeterminación partiendo de una idea básica: el ser humano es un
agente motivado internamente, que tiende –de manera natural- a actuar según intereses
y valores propios, a controlar sus contextos y a plantearse metas personales. Según
esta teoría, es necesario cubrir tres necesidades psicológicas para un
desarrollo adecuado: (1) Sentido de competencia, (2) Autonomía y (3) Sentido de
pertenencia. Igual que el resto, las personas con discapacidad intelectual
necesitan satisfacer dichas necesidades y, con frecuencia, esto depende del
apoyo que reciban por parte de sus entornos. Reflejo una lluvia de ideas sobre
estos tres conceptos (aunque merecerían una reflexión mayor):
(1) Competencia
Es el sentimiento de ser capaz de hacer frente a las demandas del día a
día y superar los retos diarios. Enfrentar a la persona con discapacidad
intelectual continuamente a tareas excesivamente difíciles, le conducirá a la
frustración. Enfrentarla a tareas excesivamente fáciles, le aburrirá y limitará
la mejora de sus capacidades. Como en casi todo, en el punto medio se encuentra
la virtud. Esto es, tender a la excelencia, con los pies en el suelo.Como se suele decir, hacer lo deseable posible.
(2) Autonomía
Con
frecuencia, se define la autodeterminación como hacer que pasen cosas en tu
vida (que no es lo mismo que control, independencia física, egoísmo, ni que libertad absoluta). Todos necesitamos sentir que somos
nosotros el punto de partida de nuestras metas y, en definitiva, que
somos quienes marcamos el rumbo de nuestra vida (aunque, inevitablemente, haya
sucesos que se escapen a nuestro control o incluso requiramos de grandes apoyos
para ser autónomos).
(3) Pertenencia
También todos necesitamos experimentar un
sentido de conexión y cercanía con los demás –padres,
iguales, profesores, comunidad…-. Este sentimiento aporta seguridad emocional, motiva a asumir
riesgos y favorece la internalización de normal sociales. Las personas con discapacidad forman parte, igual que tú y que yo, de la sociedad. Y esta afirmación no admite peros. Dejar fuera al diferente nos convierte en sociedades falsas, segregadoras y empobrecidas.
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