¿Cómo podemos ayudar a las personas con discapacidades severas?
Cuando hablamos de autodeterminación existe un error
frecuente que es pensar que esta es una meta reservada para aquellos que más
capacidad tienen. Tendemos a ver la
autodeterminación, incluidas las familias, como sinónimo de autonomía, independencia
o autosuficiencia. Pensamos que la persona autodeterminada es la que tiene el control
absoluto, la que es capaz de “manejarse” sin ayuda de terceros, tomando
decisiones complejas y trascendentes.
Desde este punto de vista –reduccionista-, las personas con
discapacidades severas nunca llegarán a ser autodeterminadas. De hecho, muchos
padres valoran la autodeterminación como un derecho universal y una meta deseable, pero, sin embargo, como un
logro totalmente alejado de la vida de sus hijos... Está muy bien, ojala ocurriera, pero sé que nunca va a pasar… Esta falta de confianza viene determinada, en parte, por las
propias dificultades de sus hijos pero también por la falta de comprensión
acerca del significado real de este concepto y de las implicaciones en la vida
de las personas con mayor discapacidad. Una pauta que puede orientarles es la siguiente:
Con las personas con discapacidades severas e importantes dificultades para la comunicación, debemos guiarnos por el principio de participación parcial. Esto es: aunque una persona no pueda realizar todos los pasos de una tarea, es probable que, al menos, pueda aprender un paso o actividad. Dándole la oportunidad de participar en dicho paso (por pequeño que sea) estaremos maximizando su autodeterminación. Este proceso de guiar a la persona a lo largo de una tarea es lo que llamamos aprendizaje autodirigido.
Autor: Juan Manuel Larumbre (V Concurso Fotografía INICO) |
Y, ¿cómo llevamos a la práctica el principio de
participación parcial? Algunas pistas…
Regulación con pistas: dividir el proceso en tareas, breves, observables, sencillas (atomizar la meta final). Utilizar apoyos visuales.
Autoinstrucciones: enseñar a la persona a decirse a sí misma frases que le vayan guiando. "Lo primero... Luego tengo que... Al final..." Se pueden memorizar frases hechas y servirse de apoyos visuales.
Autosupervisión: controlar el nivel de logro de cada paso. La forma en que la persona puede realizar esta supervisión dependerá mucho de sus propias capacidades. Por ejemplo, puede consistir en anotar en un panel, poner una marca en una foto, colocar una pegatina en el calendario, tachar en la agenda el paso, meter una canica en un bote...
Autoevaluación: finalizada la tarea o actividad, podemos realizar un repaso para ver si la hemos completado con éxito o hemos cometido fallos. Igual que antes, la manera concreta en que haremos esto dependerá de la persona (por ejemplo, si hemos llenado el bote de canicas es que hemos acabado…)
Autorrefuerzo: enseñar a la persona a premiarse con refuerzos positivos para ella, una vez conseguido el objetivo.
Gracias Araceli por las reflexiones que vas desgranando en los posts. Ese granito de arena hacia una sociedad inclusiva en la que ganamos todos.
ResponderEliminarMuy de acuerdo con la idea que planteas en este ultimo. Trabajo con personas con DI y graves afectaciones y considero que es necesario redoblar esfuerzos para que los modelos que se van imponiendo, no sin dificultades, en los apoyos a las personas con discapacidad también lleguen a este colectivo. La autodeterminación que planeas es una buena forma. Que precisen apoyos extensos no debe implicar que queden excluidos de la aplicación de esos principios, sino que la red personas que prestamos apoyos busquemos la manera innovadora de hacerlo posible.
Lo dicho gracias de nuevo.
Un saludo
Iñigo
Hola Iñigo, gracias por tu comentario. Espero que, de alguna manera, estas orientaciones y reflexiones te sirvan en tu trabajo diario. Y, por supuesto, se aceptan sugerencias, aportaciones y comentarios.
ResponderEliminarTienes toda la razón, no podemos dejar que aquellos que más dificultades tienen se queden fuera de los avances que vamos haciendo con el resto. Es difícil, pero tú lo has mencionado muy bien; se requieren apoyos e innovación. Y, siempre, siempre, siempre, siempre, recordar que los derechos no dependen del nivel de capacidad (o discapacidad). Si todos tenemos los mismos derechos, debemos tener las mismas oportunidades para ejercerlos.
espero que sigas pasándote por el blog y comentando todo lo que quieras,
un saludo,
araceli