Los
profesionales, por su parte, pueden servirse de indicadores sencillos como
estos para orientar y planificar sus propuestas de intervención.
Los padres deben dejar que su hijo se arriesgue, explore, fracase, asuma las consecuencias de sus actos..., siendo esta
la única manera de que ganen en autonomía
¿Hasta qué
punto se siente identificado con las afirmaciones siguientes?
- Las
normas en casa son claras y sencillas (si mi hijo lo necesita, utilizamos
apoyos visuales para que las comprenda)
- Establezco límites en la conducta de mi hijo
- Refuerzo
las conductas positivas de mi hijo
- Transmito a mi hijo la idea de que sus actos tienen consecuencias
- Cuando le pido algo, le explico las razones de un modo que pueda comprender
- Respeto
cierto grado de intimidad que mi hijo necesita (le dejo que se cierre la
puerta, respeto su silencio, evito entrar cuando se está vistiendo o aseando,
llamo antes de entrar, no toco sus objetos personales sin
permiso…)
- Permito
que mi hijo tome sus propias decisiones, en la medida de sus posibilidades
- Dejo
que mi hijo resuelva sus propios problemas cuando creo que es capaz de hacerlo
- Considero
importante que mi hijo aprenda a partir de sus propios errores
- Antes de que mi hijo fracase en una tarea, la hago yo
- No
sustituyo a mi hijo en tareas que puede hacer solo, aunque le lleven más tiempo
- Le
doy a mi hijo una autonomía progresiva a medida que se hace mayor
- Me
da miedo que mi hijo haga cosas solo aunque él me las pida (por ejemplo, ir
solo al autobús)
- Tengo dudas sobre el grado de independencia que puede alcanzar mi hijo (sobre todo en algunas áreas como, por ejemplo, su vida sexual)
- Mi
hijo es más autónomo fuera de casa (por ejemplo, en el colegio)
- Intento que mi
hijo/a corra ciertos riesgos, aunque dentro de los límites de una protección
necesaria (por ejemplo, dejo que vaya solo a comprar a tiendas cercanas de
casa).
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Autora: Lisse Ortiz Ibáñez (Concurso INICO) |
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