Soy una mamá, no una supermamá… Una mamá corriente que se ve obligada a ponerse de vez en cuando la capa y las mallas de licra. Nuestros superpoderes
residen en la fuerza que nos dan nuestros hijos, y también en el apoyo y
cariño de las personas que nos rodean, y que conforman esta tribu.
(Autora de la cabecera: @RocioSotillos. Extraído de su blog La tribu de los super papás)
- Derecho a no ser superhéroes. Derecho a equivocarse, a fallar y a volver a intentarlo.
- Derecho a pedir ayudar y a no ser totalmente independientes. Derecho a decir "no se cómo hacer..." o "no entiendo qué pasa..."
- Derecho a ser, de vez en cuando, pesimistas. Derecho a pensar con miedo en el futuro de su hijo.
- Derecho a decir "no, no me entiendes. No, no sabes por qué estoy pasando".
- Derecho a no ser mirados con pena, compasión y tristeza. Derecho a no ser juzgados.
- Derecho a imaginarse cómo sería su vida sin discapacidad, cómo sería su hijo sin tantas dificultades.
- Derecho a preguntarse, en algún momento, "¿por qué a mí?" Derecho a sentir rabia e impotencia. Derecho a pensar que no se merecen una discapacidad... Derecho a hacer todo esto sin sentirse culpables.
- Derecho a querer tiempo alejados de la discapacidad, de las dificultades de la vida diaria, de los profesionales, de los terapeutas, de los objetivos, planes educativos, adaptaciones curriculares, etc.
- Derecho a compartir sus experiencias con otros padres y madres y a desahogarse. Derecho a no hacerlo.
- Derecho a no estar de acuerdo con algún profesional. Derecho a decir que no, a plantearse objetivos personales y a opinar sobre qué es lo mejor para su hijo.
- Derecho a querer proteger a su hijo, derecho a mimarlo, derecho a ser padres y no solo padres-terapeutas.
- Derecho a estar cansados, a quejarse, a decir "no puedo más". Derecho a descansar, y a tomar fuerzas para recuperarse.
- Derecho a querer que, también a ellos, alguien les cuide y les proteja. Derecho a decir "¿y yo qué?"
- Derecho a no estar solos, derecho a reclamar al resto de la sociedad que reconozcan, apoyen, y mejoren la calidad de vida de sus hijos.
- Derecho a decir que su hijo, la discapacidad de su hijo, "no es una bendición". Y derecho a decir que "sí es una bendición..."
- Derecho a decir que, si pudieran, borrarían la discapacidad del mapa sin que eso parezca que no quieren a su hijo. Derecho a decir que, por nada del mundo, cambiarían a sus hijos con discapacidad.
- Derecho a que su vida no gire únicamente en torno a la discapacidad. Derecho a pensar, experimentar, vivir y sentir otras cosas...
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