En seguida me di cuenta de que hay personas, como ella, que
no siguen las mismas reglas del juego que los demás. Personas que, sin
elegirlo, son diferentes. Diferentes
porque, entre todos, hemos acordado algo llamado “normalidad”. Diferentes
porque no hemos sabido entender cómo piensa, cómo siente, cómo se expresa y
cómo vive un otro con discapacidad.
Diferentes porque hemos organizado un mundo en el que la
productividad es lo primero. Eres lo que rindes y eres lo que tienes. Diferentes
porque nos incomoda tener que adaptarnos a diversas maneras de ser. También
porque no tenemos paciencia, ni tiempo ni energía, ni ganas, de esperar a
alguien que va un poco más lento.
A todos los que, como ella, pintan con los dedos, hablan con
una caja, doblan papeles hasta casi el infinito y se miran los dedos de la mano
como si fuera la primera vez que los ven.
A todos aquellos que se hacen mayores, y no se acuerdan del cumpleaños de los
demás, que tardan en explicarse, y que no saben si están en verano o en
invierno.
A todos aquellos que mantienen, aún con el paso de los años,
una manera especial de comprender el mundo. Porque su mirada es igual
de válida que la mía y que la de todos los que presumen –presumimos- de
cordura.
A ellos, con el deseo de que nos sigan descubriendo todo lo que se esconde detrás de una etiqueta.
Porque cada uno de ellos tiene algo de
especial. Y no es su síndrome de Down.
Una vez más, a mi tía Roca
Jueves, 21 de marzo de 2013
Día Mundial del síndrome de Down
Me llevo esta entrada a la pag. de facebook. Me ha encantado. Un besote
ResponderEliminarGracias. Me alegro de que te haya gustado y de que compartamos visiones y experiencias! Feliz día ;-)
ResponderEliminarPrecioso Araceli! :) :) :)
ResponderEliminarGracias Anna! Un abrazo :)
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