Expresar y comunicar nuestros
pensamientos, opiniones, estados de ánimo, preocupaciones, alegrías y
necesidades es un componente básico de la autodeterminación. Durante los
primeros años de vida el niño, poco a poco, aprende y adquiere un sistema de
comunicación que le permite relacionarse con los demás en diversos contextos
(escuela, casa…). Los niños con discapacidad, dadas sus dificultades, pueden
tardar más tiempo en desarrollar sus habilidades de comunicación. Además, es
frecuente que también reciban menos oportunidades para expresarse, participar
en conversaciones, transmitir sus sentimientos, etc.
Estrategias
para padres
1. Habla con tu hijo acerca de las
emociones. Etiqueta sus sentimientos en situaciones concretas e intenta
identificar el origen del estado de ánimo. Por ejemplo, estás enfadado porque
tu hermano te ha quitado el juguete, estás triste porque no puedes ir al
cumpleaños de tu amigo… A la vez,
enséñale estrategias para afrontar cada situación. Modela los pasos para
resolver problemas: ¿por qué te has enfadado?, ¿qué puedes hacer?, ¿qué paso
tienes que dar?, etc.
2. Refuerza el vocabulario de tu hijo
acerca de emociones y sentimientos (alegre, triste, preocupado, frustrado,
enfadado, asustado…) Ten en cuenta las dificultades de tu hijo y sírvete de
herramientas como pictogramas, fotografías, símbolos… Entrena con tu hijo el reconocimiento
de cada emoción (cuando estoy enfadado me pongo rojo, las cejas se tuercen,
aprieto los labios…)
3. Enséñale a tu hijo estrategias
concretas que faciliten la comunicación con los demás. Por ejemplo, enséñale a
mirar a los ojos, a hablar claro… Dale la oportunidad para que practique sus
habilidades en situaciones reales, conocidas para él. Por ejemplo, comprando el
pan.
4. Investiga con tu hijo diferentes
formas de comunicarse con los demás (además del contacto directo). Prueba las
redes sociales para comunicaros con la familia o amigos. Utiliza medios
diversos para comunicar noticias o simplemente establecer un contacto: cartas,
postales, notas en casa, mensajes de texto, mensajes de voz…
5. Aprende formas alternativas de comunicación si
las dificultades en el lenguaje son severas. Presta atención al lenguaje
corporal de tu hijo. Comienza estableciendo señales sencillas para comunicar
estados concretos (tengo sed, estoy cansado, quiero jugar, me alegro de
verte…). Observa otros aspectos que tu hijo utiliza para comunicarse (si hace
un ruido determinado, si alza la voz, si hace un movimiento repetitivo…).
6. Sírvete de sistemas aumentativos /
alternativos de comunicación. Un ejemplo: ARASAAC. Aprovecha
las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías para facilitar la
comunicación. Déjate asesorar por expertos en la materia e investiga, prueba y
experimenta diferentes modalidades. Un ejemplo: DIME TECNOLOGÍA.
7. Dale tiempo a tu hijo para responder
a tus preguntas, no contestes por él a terceras personas, repite si es
necesario, dirígete a él de forma clara (mirándole a los ojos, un enunciado en
cada petición o pregunta…)
8. Anima a tu hijo a participar en
conversaciones haciéndole preguntas abiertas para que pueda dar una respuesta
extensa (y no simplemente “sí” o “no”). Por ejemplo, ¿de qué va esta película?,
¿qué podemos hacer el fin de semana?
9. Respeta los tiempos y espacios
privados de tu hijo. Es silencio es también una forma de comunicación.
10. Aprende a apreciar todas aquellas
formas de comunicación y expresión de emociones que tiene tu hijo. A través de
dibujos, música, etc. Aprende a observarle y a interpretar todas las “señales”
que te envía, sea cual sea el medio.
Ante todo, recuerda que tu hijo
necesita más tiempo y más apoyo para adquirir y practicar sus habilidades de
comunicación. Y recuerda también que cada actividad, situación o dinámica
familiar es un momento perfecto para conseguirlo.
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