Un tema
especialmente sensible para los padres de niños con necesidades especiales es
el ajuste de sus expectativas respecto al crecimiento, desarrollo y aprendizaje
de su hijo. La percepción que los padres tengan sobre estos asuntos –y sobre su
papel en este proceso- influye en el tipo y cantidad de apoyos que prestan a sus
hijos.
Sólo si
los padres consideran que la autodeterminación es una meta asequible y valiosa,
se implicarán en la adquisición de este tipo de conductas. Por otra parte, es
preciso ser realista y no sobrecargar al niño con expectativas y demandas que
estén por encima de sus posibilidades y que le generen inseguridad, fracasos
continuados y excesiva frustración.
Algunas
cuestiones que pueden guiar la orientación de las familias
- Implico a mi hijo en tareas que puede conseguir y me aseguro de que tenga experiencias de éxito
- Celebro los logros (le felicito, destaco sus cualidades, le premio, comparto con los demás la satisfacción de una tarea bien conseguida…)
- Cuido la manera en que respondo ante fracasos, tareas incompletas, respuestas erróneas…
- Valoro el esfuerzo de mi hijo por conseguir algo, aunque no logre la meta final
- Protejo a mi hijo ante tareas excesivamente difíciles, que están por encima de sus posibilidades.
- A pesar de sus dificultades, se que es bueno exigirle a mi hijo esfuerzo y perseverancia para conseguir lo que quiere
- Miro al futuro de mi hijo con esperanza, estoy seguro de que logrará avances importantes
- Acepto la discapacidad de mi hijo y se que hay cosas que nunca logrará
- Entiendo que cada persona tiene capacidades diferentes
- Identifico claramente aquellas áreas en las que mi hijo tiene mayores dificultades
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