jueves, 18 de octubre de 2012

Evitar niños tiranos...


En varios posts hemos hablado sobre el derecho de la persona con discapacidad a defender sus preferencias, a contar con oportunidades para tomar decisiones y realizar elecciones… También sobre la autogestión, la necesidad de vivir de acuerdo a motivaciones internas personales y a asumir el control sobre la propia vida.

Sin embargo, no hay que olvidar la otra cara de la autodeterminación.

Los niños con discapacidad, igual que los demás, necesitan límites en sus conductas y comportamientos. Necesitan comprender que no siempre van a conseguir aquello que desean; necesitan aprender a adaptarse (que no resignarse) a las circunstancias y contextos que les toque vivir. Deben desarrollar  tolerancia a la frustración. Es vital que conozcan, comprendan y acepten sus limitaciones, algunas de ellas difícilmente salvables… Deben experimentar, como hacemos todos, el fracaso e identificar el valor educativo del mismo.

Las familias, por su parte, tienen el papel de ayudarles a conocerse mejor y enseñarles a convivir con la discapacidad, sin dejar obsesionarse por ella. No pueden permitir que las dificultades  se conviertan en una excusa para no esforzarse, someter a los demás o huir del fracaso. Dejar de lado la sobreprotección y evitar crear niños tiranos o dictadores que constantemente manipulen, ordenen y dirijan la vida familiar, sometiendo al resto a sus deseos y caprichos.

Autodeterminación no es conseguir todo lo que uno quiere o le apetece, ni siquiera es tener éxito siempre en todo aquello que uno se propone… 

Autodeterminación, a veces, es aceptar lo que a uno le ha tocado y sacar el mejor provecho de ello en nuestra vida diaria.


4 comentarios:

  1. Gracias Araceli por tus reflexiones . Comparto plenamente contigo , hay veces que los padres o los entornos de las personas con discapacidad en su afan de "minimizar"desajustan la realidad y eso no beneficia a la persona en la construcción de su identidad.

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  2. Totalmente de acuerdo Alicia,
    como en muchas ocasiones, lo mejor es el equilibrio. Una visión positiva pero realista. un abrazo!

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