lunes, 14 de mayo de 2012

Porque ellos también crecen...

Existe una creencia frecuente que lleva a pensar que las personas con discapacidad intelectual no maduran, no se convierten en adultos y son niños para siempre. Esta creencia es en parte comprensible. Entre otras cosas, porque la edad cronológica no marca etapas del desarrollo de manera clara. Ciertos hitos de crecimiento importantes no se dan en muchas personas con discapacidad (por ejemplo, la salida del hogar, la creación de una familia propia, el matrimonio, la independencia económica, etc.).
Por otra parte, puede que en ciertos aspectos el funcionamiento de una persona con discapacidad nos recuerde al de un niño o al de alguien de menor edad (sobre todo, cuando el nivel de dependencia es alto).

Esta tendencia a la infantilización se manifiesta de diversas maneras en la vida de las personas con discapacidad: por ejemplo, en su manera de vestir, en las actividades de ocio, en la forma de hablarles, en las oportunidades para tomar decisiones, en la organización del día a día, etc.

Pero las personas con discapacidad también crecen...

La infantilización limita mucho las posibilidades de desarrollo y maduración. Además, plantea contradicciones importantes, difíciles de resolver, sobre todo para las familias.  Por ejemplo, ¿cómo entender que una mujer con discapacidad de 20 años, cuya película favorita es Blancanieves y que todavía juega con muñecas, tenga novio como cualquier otra joven de su edad?

¿Cómo prevenir la infantilización de hábitos, actividades y, en definitiva, de forma de vida de las personas con DI?

  • Intentar un acercamiento a las actividades, tareas, acciones e intereses de personas de la misma edad, sin discapacidad. Por ejemplo, ¿cuántas mujeres adultas llevan lazos de colores en la cabeza?, ¿por qué no puede una mujer con discapacidad aprender a maquillarse o llevar tacones?
  • Buscar formas de marcar algunos hitos de crecimiento. Por ejemplo, celebrar una fiesta de cumpleaños a los 18 años -de mayoría de edad- para una persona que no va a tener graduación...
  • Lograr un equilibrio entre los intereses de la persona y aquellos apropiados a su edad cronológica. Buscar alternativas que permitan conjugar sus gustos con actividades normalizadas. Que a una persona le guste pintar no quiere decir que tenga que colorear dibujos de Mikye Mouse. O una persona que únicamente ve dibujos animados (por la sencillez de sus argumentos, el color, el movimiento...), puede que también disfrute con el teatro, los musicales...
  • Ampliar el abanico de actividades y ámbitos en los que la persona pueda crecer y desarrollarse. Si alguien lleva 25 años jugando con muñecas, probablemente ésta sea su actividad favorita. Pero, ¿se le han dado las mismas oportunidades que a los demás de experimentar nuevas actividades? Es importante tener en cuenta que nadie elige lo que no conoce.

Todas las fotografías han sido tomadas del Concurso de Fotografía Digital del INICO, Ediciones del 2007 y 2009

1 comentario:

Participa y escribe tu comentario