lunes, 2 de noviembre de 2015

"Apóyales porque..."

"No porque tengas una hermana 
No porque tengas una madre 
No porque tengas una hija
Sino porque ella es una persona..."

Esta imagen de una campaña sobre la violencia de género me hizo reflexionar, cómo no, en el caso de las personas con discapacidad intelectual y la defensa de sus derechos. Así que empecé a pensar en las razones que están detrás de la defensa de la autodeterminación, la dignidad y, en general, de los derechos de las personas con discapacidad. Me puse a revisar campañas, anuncios, lemas, eslóganes y eventos a favor de las personas con discapacidad, y los mensajes que éstas transmiten (explícita e implícitamente). Sobre todo, empecé a pensar en la imagen que algunas de dichas iniciativas transmiten, y han transmitido a lo largo de la historia, sobre este colectivo. 
Es precisamente esta imagen, y las creencias que generan acerca de la discapacidad, las que definen -en parte- el tipo de apoyos que se les prestan, la visión de la inclusión y, en definitiva, el modo en que nos relacionamos con personas diferentes. 



Defiende los derechos y apoya a las personas con discapacidad
porque sufren…
porque te podría pasar a ti…
porque no queremos que sean una carga…
porque han tenido mala suerte…
porque sus familias no tienen la culpa de que hayan nacido así…
porque merecen tu compasión…
porque así ahorraremos en apoyos más complejos en el futuro…
porque por sí solos son incapaces de vivir bien…
porque darás un buen ejemplo a otras personas…
porque sus familias están sufriendo…
porque hay que intentar que sean productivos…
porque pueden darte publicidad (a tu empresa, a tu negocio, a tu partido político)
porque son héroes al vivir con una discapacidad…
porque te gustaría que así lo hicieran contigo…
porque están en desventaja…
porque así evitaremos discapacidades mayores…
porque cuanta menos gente improductiva e ineficiente mejor…
porque son ejemplos de vida…
porque el día de mañana podrías tener un hijo con discapacidad, o un marido, o un nieto…
porque eso te va a hacer mejor persona…
porque así vivirás valores como la solidaridad, o la empatía…
porque la sociedad se beneficiará de las mejoras para este colectivo (será más accesible, mejor preparada para la diversidad…)

Todas son razones, a simple vista, lícitas, fruto de la buena voluntad, pero que siguen sin llegar al fondo de la cuestión. En cierta manera, nos remiten continuamente a la defensa de sus derechos como un medio, y no un fin en sí mismo; a la “cosificación” de las personas con discapacidad, a la diferencia entre “ellos” (seres imperfectos) y “nosotros” (seres humanos completos).  

Así que, ¿para cuándo “apóyales… porque son personas…”?

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