De vez en cuando, en medio de
todas las dudas, aparecen textos que de repente aportan nuevas luces
para comprender esto de la inclusión… Textos
como, por ejemplo, el de M. Sapon-Shevin acerca de la inclusión, considerada por
esta autora como una especie de disclosing
tablet para el sistema educativo…
Disclosing tablets: tablas que los dentistas dan a los niños para ver dónde se tienen que cepillar mejor. Con esta técnica se iluminan, en color, las zonas de la dentadura donde se acumula la placa dental (que, de otra manera, quizá sea imperceptible). Así, el niño puede identificar fácilmente dónde tiene que cuidar mejor sus dientes.
Es decir, la inclusión, a menudo, nos
parece que es un problema añadido que complica la ya de por sí estresante vida
y tarea docente (Con todo lo que tengo y encima, ahora, niños con
discapacidad). Sin embargo, del mismo
modo que estas tabletas, la inclusión únicamente nos advierte acerca de lo
inadecuado del sistema. Nos llama la atención sobre la falta de flexibilidad,
la rigidez, la escasa creatividad, la poca atención a la diversidad, a las
diferencias, el exceso de competitividad, la ausencia de valores como la
interdependencia, el cuidado, el apoyo de unos a otros…
La inclusión ilumina y señala
nuestras vergüenzas, aquello que no estamos haciendo del todo bien y que, quizá
hasta ahora, permanecía en la sombra porque nadie, ni nada, lo había señalado. Por
eso, igual que cuando uno va al dentista, sentimos miedo, tememos que nos den
una reprimenda por no tener buenos hábitos y no cuidar lo suficiente algo que
valoramos. Sin embargo, aun así, sabemos que es necesario. Y sabemos que, solo
siendo conscientes de aquello que hacemos mal, seremos capaces de mejorarlo.
Resumen: la inclusión no crea problemas, nos señala dónde
están.
Referencia Sapon- Shevin, M. (1996). Full inclusion as disclosing Tablet: revealing the flaws in our presente system. Theory into Practice 35(1), 35-41.
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