miércoles, 22 de mayo de 2013

La resiliencia: más que una palabra bonita


Igual que ha sucedido en muchas otras áreas, en el campo de la discapacidad durante los últimos años ha ganado peso el estudio de las fortalezas, del potencial, de los aspectos positivos, etc. El cambio de mirada que propone la llamada psicología positiva aporta grandes beneficios y ventajas para avanzar tanto en las prácticas profesionales como en la investigación.

Uno de los conceptos que, poco a poco, integran los sistemas de prestación de servicios a las personas con discapacidad y sus familias, es la resiliencia, entendida como la capacidad para afrontar con éxito los retos asociados a la discapacidad y, además, salir fortalecidos de esta situación. 

Pero, más allá del innegable atractivo que tiene esta corriente positiva, ¿cuáles son las razones por las que deberíamos adoptar este planteamiento en la intervención con familias? 

¿Por qué merece la pena invertir tiempo, esfuerzo y recursos en adoptar un enfoque centrado en la resiliencia familiar?
1) Asume que no es posible aplicar un mismo modelo estandarizado de intervención para todas las familias. Nos ayuda a comprender que la discapacidad influye en la familia de maneras muy diversas y plantea retos únicos en cada caso. Advierte a los profesionales del peligro de juzgar las experiencias de los padres, hermanos… de una persona con discapacidad y de elaborar estereotipos respecto a sus reacciones y emociones.
2) Es una perspectiva coherente con los valores que el mundo de la discapacidad intelectual transmite a la sociedad: autodeterminación, igualdad, derechos, calidad de vida… La resiliencia se convierte en una palanca más de cambio para superar falsas creencias sobre el aislamiento, la marginación o el sufrimiento inevitable de este colectivo. Diríamos que contribuye a dignificar la vida de las personas con discapacidad y de sus familias.
3) Da importancia a la resolución de problemas, el uso de fortalezas y recursos propios, las relaciones positivas entre familias y profesionales, etc. Supone un planteamiento positivo, proactivo, centrado en la búsqueda de soluciones y no tanto en el tratamiento o eliminación de déficits.
4) Por último, cuando las familias afrontan con éxito una crisis se reduce su vulnerabilidad ante posibles sucesos futuros estresantes, de manera que promover la resiliencia es una medida preventiva. Trata de capacitar a las familias y no sustituirlas en sus roles y funciones: les ayuda, por tanto, a vivir y gestionar su propia vida.






La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede 

(Aldoux Huxley)

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